Jun 01, 2020

CMCiB un ejemplo de arquitectura sostenible

  • construcción

El CMCiB es un gran ejemplo de bioconstrucción, eficiencia energética, proyecto sostenible y arquitectura integrada en el entorno, pilares esenciales de este proyecto. Nos demuestra que más allá de garantizar las funciones básicas de un edificio, es necesario dotarlo de un valor añadido: que contribuya a la salud del planeta y al interés colectivo.

Jun 01, 2020
Para que un proyecto sea lo más sostenible posible no tan solo se deben elegir los materiales que cumplan con los requisitos para ello, sino que hay otros muchos factores a tener en cuenta antes. Por ejemplo realizar un análisis bioclimático del entorno, favorecer el uso de recursos naturales que nos aseguren la eficiencia energética de éste, los métodos constructivos que van a ser necesarios para llevar a cabo el proyecto, y también hay que tener en cuenta como esta construcción se integrará y afectará al entorno en la que será edificada.

Cada vez son más los proyectos que luchan por una arquitectura sostenible, con un menor impacto en el entorno y un buen ejemplo de todo ello es el Centro de Medicina Comparativa y Bioimagen, un centro de investigación de primera linea proyectado por los arquitectos Calderón Folch Studio. Es imprescindible que proyectos de gran envergadura como edificios de servicios o espacios públicos empiecen a marcar un cambio en la manera de proyectar y construir, fomentando la construcción sostenible y la arquitectura circular por ello proyectos cómo este son de vital importancia.

Bioconstrucción integrada en el entorno

El CMCiB es un gran ejemplo de bioconstrucción, eficiencia energética y arquitectura sostenible integrada en el entorno, pilares esenciales de este proyecto. Nos demuestra que más allá de garantizar las funciones básicas de un edificio, es necesario dotarlo de un valor añadido: que contribuya a la salud del planeta y al interés colectivo. Y es que no está reñido que un espacio de investigación pueda responder a necesidades técnicas complejas y específicas, así como cumplir su funcionalidad de manera eficaz, todo ello de manera eficaz, sostenible y respetando el entorno.

Este edificio, busca en todo momento la relación e integración con el entorno, a través del juego de volúmenes de su fachada envolvente realizada en madera por la empresa Arquimia y sus cubiertas vegetales con especies autóctonas del lugar, que juegan a favor con el desnivel del terreno. Este juego de niveles y volúmenes favorece a su vez, una distribución interior funcional, articulando el programa interior según las necesidades específicas de cada area de manera inteligente y garantizando unas condiciones de trabajo adecuadas.

Sistemas prefabricados que fomentan la arquitectura circular

Siguiendo los principio de bioconstrucción, con el propósito de minimizar las emisiones de CO2 durante su construcción, se han seleccionado materiales con una huella ecológica mínima. Y se ha optado también por sistemas prefabricados para garantizar la la calidad, gracias a los estrictos controles característicos de este tipo de construcción, que favorecen un uso mínimo de material y aceleran el proceso constructivo.

Además de todo ello, está comprobado que el uso de materiales naturales tienen múltiples beneficios para nuestra salud, mejorando la sensación de bienestar y la salud de quienes lo habitan. En estudios recientes de la Aalto University en Finlandia, muestran que las superficies de madera tienen propiedades antibacterianas, lo que puede ayudar a reducir la posibilidad de contaminación cruzada en superficies. Estos estudios podrían ser decisivos para el uso de más madera en escuelas y hospitales.

Esperemos poder ver más casos de éxito como este que ayuden a fomentar una arquitectura circular.